EL DIA EN QUE TODO CAMBIÓ Por Montse Cano
El día en que todo cambió, el mundo
dejó atrás convicciones equivocadas.
Cuando las personas nos dimos cuenta de
que el dolor y la muerte nos acechaban, la *Verdad* fue al fin
comprendida.
Qué poco nos va a importar ya lo
material, ni presumir de poseer más que nuestro vecino!.
Ha sido él, ese virus llegado sin
previo aviso, ese monstruo diabólico surgido de la peor de las
pesadillas,
el que ha tambaleado nuestros
cimientos.
Se ha adueñado de la salud de los más
débiles, de nuestros ancianos...
Desplegando sus siniestras alas, la
muerte ha invadido nuestro mundo...
¿ Nuestra única salida?. Nuestra
defensa callada :
Quedarnos en casa para evitar que
siga extendiendo sus envenenados tentáculos.
Aprender a convivir de nuevo con
nosotros mismos y con nuestra familia.
Después de todo está en nuestras
manos, tan sencillo y tan cierto... ¿ O no?.
Padres y madres trabajando en casa y
desde casa, cuidando de sus hijos.
Niños sin clase, sin parques a los que
ir.
Jóvenes sin salidas ni reuniones con
los amigos.
Todos entre cuatro paredes.
Familias enteras, disfrutando de la
hora de las comidas, sin estar pendientes del reloj.
Conversaciones pendientes, libros
atrasados que quedaron sin leer,
películas y programas de televisión
que ven todos reunidos.
Todo aquello que, aparentemente, el
olvido guardó en un cajón, ahora se descubre, a flor de piel...
Día a día, emergiendo los verdaderos
valores, los que estaban perdidos...
Hemos descubierto tesoros escondidos en
nuestro hogar, un montón de vivencias y sentimientos que tanta falta
nos estaban haciendo!.
Nuestra enseñanza diaria:
Aprender a vivir con menos, ser felices
con los pequeños detalles, meternos en la piel de los que sufren y
creer que todo se puede lograr!.
Asomarnos cada noche a nuestros
balcones para aplaudir a los verdaderos héroes, los que, contra
viento y marea, luchan por salvar vidas a diario, dejando su alma e
incluso su salud, para protegernos a todos de este feroz enemigo!.
Y mientras tanto, continuaremos sin
rendirnos, al igual que ellos, porque sabemos que nuestra lucha dará
su fruto antes o después, que dentro de poco, no habrá nadie
sufriendo a causa de ese virus asesino, y que alguien en algún
lugar, descubrirá la vacuna que pondrá fin a tanto dolor acumulado.
Al final, todo esto habrá servido para
hacernos recapacitar, para hacernos más fuertes, más coherentes en
nuestros pensamientos y en nuestros actos, en nuestra relación con
el entorno y el resto de seres vivos.
El mensaje ya ha sido descifrado :
La esperanza es el único camino a
seguir cuando todas las puertas se nos han cerrado!.
ENTRE TODOS LO VAMOS A CONSEGUIR Y
VAMOS A DERROTAR A ESTE VIRUS!!.
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